lunes, 6 de febrero de 2012

PARA ANALIZAR.

martes 31 de enero de 2012

Los violentos: ¿Medidos con la misma vara por la opinión pública?

Dolor de patria, tristeza es lo que se siente por un país donde su gente, aunque talentosa y con un potencial enorme, sigue defendiendo lo indefendible. Las víctimas en este país son categorizadas, parece que unas valen más que otras de acuerdo al victimario, no nos damos cuenta que avalamos a unos violentos cuando únicamente señalamos a uno de los actores del conflicto.

En este país las guerrillas por un lado y los paramilitares, ahora convenientemente llamados “Bandas Criminales”, por el otro, los dos grupos ilegales han masacrado al pueblo con la bandera de la “libertad, seguridad y paz para Colombia”, cada uno defendiendo una ideología particular, aparentemente diferentes en los fines pero particularmente similares en el cómo, en los medios para lograr sus objetivos: Terror, secuestro, tráfico ilegal de armas y estupefacientes, entre otros delitos. Mientras tanto, nosotros obnubilados por la línea editorial que nos imponen los medios de comunicación acordes a lo que el mismo gobierno les dicta, señalamos incesantemente a las FARC, lo cual comparto, sus actos infames, los secuestros y la sangre de inocentes derramada no pueden quedar en la impunidad, pero ¿Por qué no medimos a los violentos con la misma vara? Cada uno debe responder y la pena debe ser acorde a los actos cometidos, eso es lo que teóricamente significa justicia aunque sea un término desconocido por los colombianos, pero es necesario poner a TODOS los violentos en la picota pública, bueno y también en La Picota, hablar de todos por igual.

En recientes declaraciones el Director Antisecuestro de la Policía Nacional, denunció que los secuestros a manos de la delincuencia común superan ampliamente los perpetrados por los guerrilleros de las FARC. Ya lo había dicho también la Fundación País Libre y diferentes organizaciones, en Colombia las guerrillas secuestran, pero también lo hacen los paramilitares/bandas criminales y la delincuencia común. Mal que bien existen cifras de los secuestrados ¿Y los desaparecidos? Son miles, pero ¿Quién los reclama a ellos y a los secuestrados que no están en poder de las FARC?. Por lo anterior, el 4 de febrero de 2008 no quise salir a las calles, el discurso fue de odio y con toda razón, los colombianos acabábamos de ver en televisión a los secuestrados encadenados, demacrados y encerrados en jaulas de alambre de púas, sin embargo creo que el mensaje de ese entonces no debió ser en contra del grupo armado exigiendo violentamente una liberación, tampoco digo que hubiéramos tenido que salir a pedirles un favor, pero si se hubiera podido salir pacíficamente uniendo la voz por la libertad y la no violencia en todas sus modalidades y de parte del actor que sea. Pensemos en que, finalmente, quienes tienen las cadenas al cuello no somos nosotros y que es muy fácil exigir desde la comodidad de nuestra libertad.

Por otra parte, el 6 de diciembre de 2011 sí salí, es más, participé en la organización de la movilización con la esperanza de llevar el mensaje que anhelaba en el 2008, pedir por la libertad de todos los secuestrados los desaparecidos sea quien sea que los tenga, un discurso reconciliador, pero no fue posible, los medios de comunicación, el gobierno y los políticos oportunistas utilizaron la marcha para llevar el mensaje que les convenía y repitieron el “No más FARC”, no obstante, tengo la satisfacción de haber visto una Colombia más crítica y consciente de lo que estaba sucediendo y con razones para marchar o para no hacerlo, con argumentos. 

Para no ir muy lejos, durante los 8 años del gobierno de Uribe, el objetivo era la lucha contra las FARC, hoy la lucha Santos es contra la corrupción y aunque la línea anti-FARC en los medios continúa, es claro que con el reconocimiento de un conflicto armado interno y la existencia de los grupos paramilitares reorganizados como "Bacrim", las cosas han cambiado notablemente, parece ser que hay más libertad de prensa. Los medios han dejado claras estas dos posturas de gobierno expuestas, lo cual no es reprochable, lo que es reprochable es que por omisión, premeditada o no, se deje de informar o se informe a medias los vejámenes cometidos por los diferentes actores del conflicto (grupos armados ilegales y las mismas FF.MM), esto habla muy mal del periodismo del país, que poco a poco y por la falta de profesionalismo, se convierte en un oficio para el cual no hay que tener diploma, cualquiera lo ejerce.
Los medios de comunicación deben dedicarse a la investigación, análisis y presentación pública de los hechos cometidos por TODOS los grupos armados ilegales, dándole a los hechos la relevancia que merecen por respeto a las víctimas. Es necesario reducir el tiempo a noticias faranduleras que, si bien divierten, generan rating, y son económicamente rentables para unas cuantas personas, poco aportan a la transformación positiva de un país como Colombia, donde el televisor sin lugar a dudas, juega un papel importante en  la construcción de valores colectivos. Por ejemplo, la W Radio dedicó 40 minutos al aire para entrevistar a Laura Acuña por su dichoso video o montaje, qué más da, pero ¿Cuánto tiempo dedicaron los medios nacionales -radio y televisión- al paro armado de los Urabeños, a su origen e implicaciones?¿Cuánto tiempo le dedicaron al análisis de las declaraciones de alias Don Berna que comprometen a la administración Uribe con el paramilitarismo?. 

Lo más "gracioso" es que con el caso Acuña o con la reciente campaña #NoMásJMario por las "pompis" de Jessica Cediel, si nos indignamos y pedimos la renuncia de un par de personajes que además son contratados por canales privados y que poco o nada les importa lo que nosotros pensemos mientras les generemos altos índices de audiencia. Con esto no justifico a los protagonistas anteriormente mencionados, pero si cuestiono nuestro criterio como ciudadanos responsables, incapaces de ser medianamente activos para pedir la renuncia de funcionarios corruptos que se llenan los bolsillos con el dinero de nuestro erario, con el dinero de los impuestos que todos pagamos. Como sociedad, a los colombianos nos hace falta interiorizar el concepto de lo público, entender el significado para así poder defender lo único que a todos nos pertenece en partes iguales. [Ver el perfil del indiferente en "Personajes de la fauna colombiana" por Gustavo Bolívar]

La opinión pública no está midiendo a los violentos con la misma vara y la responsabilidad es en parte de los medios de comunicación, pues sin información no hay conocimiento y sin conocimiento no hay opinión objetiva sólo argumentación apasionada y carente de coherencia, de lógica. Los ciudadanos debemos empoderarnos y guiar la línea editorial de dichos medios, trabajo difícil, pero vamos por buen camino gracias a las redes sociales (mientras sea posible y no nos censuren), lo importante es que sean medios de comunicación  y difusión de ideas generadoras de consciencia en torno a diferentes temas de manera responsable y libre, todos los temas son importantes en la medida que nos afectan colectivamente, eso sí, esto que está pasando será un proceso exitoso si concretemos con acciones y no nos quedemos sentados frente a la pantalla del computador esperando a que por obra y gracia del Espíritu Santo, nuestras expectativas se cumplan. Todo lo que podamos hacer para mejorar nuestro entorno, por grande o pequeño que parezca, nos será recompensado.

Ni guerrillas, ni paramilitares, ni delincuencia común, ni políticos corruptos, todos desangran al país, todos deben ser medidos con la misma vara. No más tolerancia con los violentos, la mejor sanción es la sanción social.

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