martes, 18 de febrero de 2014

LOS PARTIDOS POLÍTICOS




Artículo publicado en La Voz Libre el 17 de febrero de 2014.

Los partidos políticos, en teoría, son el instrumento principal que la democracia usa para vehicular la voluntad popular. Sin embargo, su funcionamiento interno, en la mayoría de casos, es profundamente antidemocrático. Esta es, sin duda, una paradoja que nos muestra las profundas carencias del sistema político actual. Nuestros líderes se llenan la boca con la palabra democracia mientras, en sus propias organizaciones, actúan como caciques que hacen y deshacen a su antojo: votaciones amañadas, compra de favores, reparto de cargos y demás tropelías son algo habitual, porque la corrupción no entiende ni de izquierda ni de derecha.
No se puede edificar una casa sólida con malos ladrillos. La democracia nunca será plena mientras los partidos estén dirigidos por buscadores de comisiones ilegales. ¿Qué credibilidad tienen aquellos que dicen abanderar la lucha contra la corrupción cuando la permiten en sus propias organizaciones? Es evidente que ninguna. La regeneración democrática que muchos deseamos no llegará con los actuales partidos, ni con los viejos ni con los nuevos. El cambio que necesitamos es mucho más profundo.
A veces pienso que lo mejor sería prohibir los partidos, acabar con ellos del todo. La participación democrática se podría vehicular a través de agrupaciones de electores. Esta sería una forma de terminar con los políticos profesionales que se aferran al poder con uñas y dientes porque no saben hacer otra cosa en la vida. El servicio público debería ser una vocación, no una profesión para gentes que, en muchos casos, no tienen ni oficio ni beneficio.
Pero es evidente que los que mandan hoy nunca permitirán algo así. Necesitan partidos a los que puedan controlar y, de esta forma, dirigir lo que pasa en la sociedad. Los que tienen el dinero (esos son los que realmente mandan, no los políticos que vemos cada día por la televisión) están cómodos con el actual sistema. Todo seguirá igual a no ser que nos cansemos de tanto incompetente y corrupto y cambiemos las cosas de manera radical. Por desgracia creo que todo seguirá igual mucho, mucho tiempo. Ojalá me equivoque.

CORRUPCIÓN PARTIDISTA

Blog de Roberto Augusto: Corrupción partidista

domingo, 16 de febrero de 2014

EL PODER DE LA FE

 “Si quieres hacer plata de verdad, funda una religión”El poder de la fe http://www.semana.com/opinion/articulo/antonio-caballero-el-poder-de-la-fe/377240-3

lunes, 10 de febrero de 2014

COMPORTAMIENTO ELECTORAL

Las siguientes teorías intentan responder a los siguientes interrogantes: por qué la gente vota, por qué se abstiene, y en el caso de los votantes, por qué los votantes prefieren a uno o a otro candidato.

El enfoque sociológico, uno de los primeros que aparece en la ciencia política con el propósito de explicar el comportamiento electoral de los ciudadanos, encontró, entre otros hallazgos los siguientes:
Las campañas electorales logran fundamentalmente reforzar las simpatías que ya existen por el candidato, para otros, el efecto de la campaña es un efecto de activación de simpatías latentes que ya inclinaban a la persona por un candidato pero que aún no se habían manifestado con fuerza o con la decisión de voto. Un efecto menor de las campañas es el efecto conversión: lograr que quien sentía simpatía por un candidato pase a apoyarlo o lograr que un individuo apático decida votar.

El enfoque psicosocial aporta una consideración de gran valor: la gente no es neutra enfrente a los estímulos políticos, sino que los filtra en forma permanente según su propia identidad política. En este proceso la afiliación partidista juega un papel central para interpretar los estímulos y las realidades según el color político o la coincidencia entre el color político del candidato y el propio, lo cual se refleja en la tendencia a apoyar al candidato de su mismo partido político.
De otro lado la gente tiene muy presentes dos criterios para evaluar a los candidatos, uno es su credibilidad y otro es la capacidad del candidato para ese cargo. Otras actitudes que se han considerado útiles para entender el comportamiento electoral de la gente son: La gente que más interés tiene en las campañas más tiende a votar, las personas a quienes les preocupa el resultado de las elecciones están más dispuestas a votar, cuando la gente percibe que hay competencia entre los candidatos y le importa el resultado, tiende más a votar. De las anteriores anotaciones se desprende una estrategia importante en el desarrollo de una campaña, asegurarse que el electorado crea hasta el último momento que los resultados de las elecciones son inciertos y que el voto de cada uno puede gente para ir a votar.
Un aporte importante de este enfoque es la importancia de la imagen que se forma el ciudadano sobre el candidato, las propuestas y los partidos, esto ayudaría a cerrar la brecha entre el candidato y los ciudadanos a través de la implementación de las estrategias comunicativas adecuadas.

Un tercer enfoque hace alusión al llamado enfoque racional según el cual los electores toman su decisión de voto después de una evaluación costo-beneficio, según esto, el elector frente a cada candidato, se pregunta. ¿Cuánto gano votando por él?, ¿cuánto pierdo? Y termina votando por el candidato que le brinda mayores beneficios.

El cuarto enfoque se refiere al modelo de razones emocionales, el cual constituye una alternativa frente a las teorías cognitivas aún hoy predominantes en la psicología. Las reacciones emocionales generadas por los candidatos en una elección permiten explicar satisfactoriamente las preferencias por uno u otro, y que esas reacciones explican también una parte considerable de la búsqueda de información por parte de los electores durante una campaña.

lunes, 3 de febrero de 2014

CULTURA EN LA POST-MODERNIDAD NEO-LIBERAL

“La fragilidad ambiental de la cultura”

Brigitte Baptiste
Con este título tan contundente presentaba el maestro Augusto Angel Maya (1932-2010), hace ya unos diez años, un compendio breve de su concepción de la viabilidad de nuestras sociedades, relativamente occidentales. Señala en él, caleño, así como en muchas de sus obras dedicadas al pensamiento ambiental, cómo la visión del mundo que hemos construido con base en una mezcla de filosofía griega y monoteísmos imperialistas, permitió hacer del conocimiento científico una especie de religión del desarrollo: al anclar la política en un pseudoracionalismo populista, llenó de optimismo el avance tecnológico, pero sin visión autocrítica. En ello, sostenía, radicaba la imposibilidad de que el mundo moderno reaccionara a tiempo ante la crisis ambiental: una ética del consumismo cortoplacista, resultado de una combinación fatal de mala ciencia y clientelismo tecnocrático, en vez de una construcción de conocimiento humilde, diversificado, centrado en proveer bienestar a toda la humanidad, y contextualizado.
El origen de esa incapacidad de construir buen conocimiento radica, obviamente, en una falla central de la construcción de cultura. Cultura, no sobra aclarar siempre para quienes incluso han perdido el sentido del concepto, no es folclor o artesanía, sino el conjunto completo de ideas y prácticas con que un grupo humano interpreta y proyecta sus actividades cotidianas, con o sin ideas de trascendencia. Detrás de esa incapacidad, argumentaba con sentido común el maestro Angel Maya, estaba la educación, y en particular, la educación descontextualizada, es decir, ajena a las condiciones ambientales de su propia existencia. Todos tenemos que aprender matemáticas, pero la forma de cuantificar los fenómenos universales puede tomar formas muy distintas en la Sumeria del siglo -XX (cuatro mil años atrás), la Francia del XVIII o la Amazonia del XXI. El teorema de Pitágoras es uno, pero sus narrativas son múltiples, y ellas están ligadas al carácter de la tierra, la historia y la gente.
La razón por la cual la educación es generadora de autismo, en lugar de creatividad y conectividad, que son los factores obvios de construcción de inteligencia colectiva, tienen que ver con la competencia intra e intercultural: cada persona o grupo humano defiende, con razón estratégica, que su visión del mundo es la mejor y más conveniente, y busca exportarla, por las buenas o por las malas. Cuatro mil años de conflicto cultural y la incapacidad de Colombia para integrar un modelo de múltiples conocimientos, derivados a su vez de múltiples historias culturales indígenas, afrodescendientes, hispánicas o anglosajonas, árabes y orientales, entre muchas, es también la causa de la incapacidad de hacer gestión ambiental con criterios de pertinencia territorial y ajuste a la más básica de las realidades que tenemos: nuestra megabiodiversidad.
En buena hora la Secretaría Distrital de Ambiente de Bogotá recordó la semana pasada, en el “Día internacional de la educación ambiental”, al Maestro Angel Maya y su obra, y reconoció los aportes de muchas personas a la construcción de un modelo de conocimiento que nos ha de ayudar a reconectar con el mundo y afrontar la devastación que hemos causado por pensar que Colombia no es Colombia sino una mezcla imperfecta de Castilla, Kentucky o las costas del Egeo. Tal vez las redes de recicladores de Bogotá estén conformadas por desplazados e iletrados, pero años de trabajo en las calles los convierten en los mejores conocedores de una de las dimensiones más ilustrativas de la cultura de un pueblo: su basura. Y tal vez las amas de casa o madres cabeza de familia sometidas a abandono y violencia no tengan maestrías o doctorados, pero conocen profundamente la sicología patológica del modelo machista que nos atormenta, y cuando conversan y comparten sus problemas construyen conocimiento acerca del entorno social, sus heridas y con ello, construyen oportunidad para innovar. Los modelos de familia no convencionales no difieren mucho, en ese sentido, de los arreglos colectivos para apropiarse, disfrutar y manejar un humedal en la ciudad, y por ello, son señales de que un nuevo conocimiento está en acción, construido a partir de la experiencia directa del contexto ambiental vital.
La semana pasada estuvo en Medellín, en el “Hay Festival” el conocido etnógrafo y escritor Wade Davis, cuyo libro “Light at the edge of the world” (Douglas y McIntyre, 2013) recalca la necesidad  de valorar y proteger la “etnósfera planetaria”, algo así como la “noosfera” de Verdnasky, aquella capa de la realidad constituida por la interactividad de todas las inteligencias planetarias, la única que puede dar razón de la globalidad.  Pudiera ser que, reconociéndolo, fuésemos capaces de construir un modelo educativo propio, una neurología ecológica y socialmente consistente con la porción de universo que nos ha correspondido disfrutar.