domingo, 27 de mayo de 2012

JUGANDO CON CANDELA


Salvo un anarquista, a nadie sensato se le ocurre lanzar una plataforma que para realizarse suponga la destrucción del Estado que aspira conducir.
Eso es lo que están haciendo Uribe y su entorno íntimo, pues sus propósitos políticos se reducen a insistir en la guerra que no pudieron ganar durante ocho años, y a promover el malestar de los militares contra el gobierno de Santos. No hay en el uribismo propuesta alguna para combatir la corrupción, reducir la pobreza o incrementar el empleo; esas preocupaciones no pasan por el meridiano del incendiario grupo político.
Peligrosa empresa la de estar alborotando la milicia, porque esas aventuras se sabe cómo comienzan pero nunca cómo terminan. En 1995 circularon los mismos rumores y panfletos golpistas, y en ese ambiente de conspiración ocurrió el execrable crimen de Álvaro Gómez.
Los correos electrónicos de los últimos días, en los que unos militares retirados abiertamente promueven el retiro del presidente Santos, son algo más que inquietantes, tanto más cuanto que las justificaciones que han dado ofenden la inteligencia.
En efecto, mientras en esos correos electrónicos los irresponsables exmilitares pregonan que si Santos no cumple sus compromisos electorales habrá que “removerlo del cargo, encargar un gobierno provisional y convocar elecciones en un tiempo no mayor de seis meses”, cuando se vieron sorprendidos, salieron a decir la bobería de que no estaban promoviendo un golpe de Estado, sino hablando en tono coloquial. Vaya curiosa forma de dialogar quienes hablan al oído de los militares activos.
Ese lenguaje pirómano que convirtió el último atentado terrorista en un provechoso acto politiquero, es común en Uribe, los militares en retiro y Fernando Londoño, quien a propósito ya recobró su actitud hosca de siempre, ahora peleando por un reloj y tratando de que por cuenta del atentado el país olvide que es y seguirá siendo el “Héroe de Invercolsa”. Esa coincidencia se suma a la provocadora intervención del senador Juan Carlos Vélez, en la que con su arrogante tono fascista se atrevió a decir en una sesión del Senado que ojalá las Fuerzas Militares fueran deliberantes, para que ocuparan el sillón donde se encontraba el Ministro de Defensa.
Lo peor de todo es que esta odiosa campaña desestabilizadora no tiene freno ni regreso, porque además de que la disfrutan Uribe y su sectario séquito, en su alucinante carrera por volver al poder a como dé lugar, ni siquiera se han detenido a considerar las gravosas e irreparables consecuencias que se generarían de llegar a triunfar la demencial oposición con la que están incendiando la Nación entera.
Adenda No 1. Desconcertante la afirmación del presidente del Consejo de Estado, Gustavo Gómez Aranguren, según la cual la Corte Suprema de Justicia, presidida por el maestro Alfonso Reyes Echandía, de la que hicieron parte Manuel Gaona, Carlos Medellín, Darío Velásquez, Fabio Calderón, Ricardo Medina, y tantos otros juristas y humanistas, era “indolente, poco sensible a construir los valores que ahora se tienen en un Estado social de derecho”. La pluma de Yesid Reyes tuvo a bien recordar los logros y aciertos de esa Corte que insólitamente ignora el dignatario del Consejo de Estado. Y resulta sorpresivo que con esa andanada se haya intentado legitimar el lobby de unos magistrados en trance de mejorar sus pensiones, ante ciertos congresistas investigados por esos magistrados, sin que nadie se declare impedido, porque todos están entregados a la orgía de las indecentes concesiones mutuas.
Adenda No 2. Hay que acompañar el próximo 28 de mayo en la Plaza de Bolívar, a las 10 de la mañana, al Observatorio Nacional Permanente para la Administración de Justicia, en la protesta convocada contra la “reforma inmoral de la justicia”.
notasdebuhardilla@hotmail.com 
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sábado, 26 de mayo de 2012

CONSTITUCIÓN DEL 91


En Colombia jamás ha existido
el Estado de Derecho. Mucho menos el
Estado Social de Derecho”.
Carlos Gaviria Díaz (1)
La Constitución de 1991 fue promovida
como un gran pacto social de
paz, pluralista y democrático-participativo,
que pondría fin a la corrupción
secular y a la violencia rediviva en los
años 80; que modernizaría la economía;
que incluiría a las regiones olvidadas
y a las minorías discriminadas en las
decisiones políticas y en los beneficios
del Estado, y haría inexpugnables los
derechos humanos. Se soñaba con que
el Estado de Derecho por fin arribaría, a
contrapelo de la tradición presidencialista.
Al concepto tradicional se le enriqueció
con el agregado de la Constitución de
Weimar (2), para quedar finalmente
como Estado Social de Derecho.
A dos décadas de promulgada, el
balance muestra un intenso rojo en la
columna de promesas, lo cual ya debe
generar dudas entre quienes la califican
de enorme progreso. La realidad muestra
que la corrupción se ha introducido en
los mismos textos legales, como quedó en
evidencia con las normas de Agro Ingreso
Seguro (AIS), la salud e innumerables
casos más. La economía nacional, lejos de
modernizarse, en parte ha sido arruinada
por la apertura económica y en parte ha
pasado a manos del capital extranjero, y
lo poco que aún sobrevive será aplastado
con los TLC y la reducción unilateral de
aranceles por parte del gobierno Santos,
con sus secuelas de desempleo, miseria y
La Constitución
de 1991 y la
emboscada
neoliberal

martes, 22 de mayo de 2012

AQUELLOS TIEMPOS


EL DÍA UNIVERSAL DE LA MUJER (COMENTARIO)
Esta semana se movieron las registradoras de los almacenes por cuenta de otro día importante para Fenalco: el de la Mujer.

Mientras muchas celebran, se emborrachan, reciben flores, chocolates o quizá una joya, algunas conmemoran, escriben y reflexionan acerca de los orígenes de la fecha y los avances del "sexo débil" en la sociedad. Otras tantas, que se cuentan en millones, simplemente ejercen su rol sin alardes y sin mirarse en ningún espejo ajeno.

Divagando al respecto retrocedí unas décadas y llegué a mi juventud. Eran tiempos distintos, no sé si mejores o peores, pero sí más tranquilos. Las mujeres de entonces no éramos voluptuosas, sino gordas o flacas, y a nadie le importaba. La belleza no era el parámetro para medirnos ni para valorarnos.

La talla 32 en brasier, en vez de crearnos un conflicto existencial era una bendición: quien la usaba quedaba exonerada del remoquete de "proleche", que hacía pasar tan malos ratos a las pechugonas. A las flacas nos pedían, vía piropo, que les tiráramos un hueso, pero una nalga demasiado discreta jamás fue una tragedia para nadie.

El acné no era una razón para el suicidio. El corte "gamín" en el pelo no nos restaba feminidad ni atractivo; no éramos esclavas del liso sin volumen ni todas teníamos que ser rubias a punta de agua oxigenada.

A los trece años jugábamos bota tarro con los primos y el embarazo era un proyecto, si acaso, a larguísimo plazo.
Los quince nos los celebraban en la casa, de regalos nos daban camisetas, discos de larga duración y cremas Hinds para manos y cuerpo. No impusimos el régimen de la lluvia de sobres ni exigimos, de ñapa, un implante mamario.

No sabíamos qué era una pasarela, pero soñábamos con ser médicas, mamás, periodistas o azafatas. Bailábamos pechito con pechito y un no rotundo a la solicitud de una "pruebita de amor" nos elevaba el valor de la cotización en el mercado de los pretendientes. Había sitios fijos de trabajo para las "fufurufas".  Ahora salen en catálogos, se llaman prepagos y van a domicilio.

En la televisión también había feas. Ya existía Amparo Grisales , por supuesto, pero Teresa Gutiérrez nos dejó saber que la belleza no era condición necesaria para el triunfo.

Mi generación no era tan bonita como la de hoy, pero era natural. Luego llegaron los mafiosos, mandaron construir a sus mujeres del mismo modo que sus mansiones: a imagen y semejanza de sus deseos. Y todo cambió.

Desde entonces, a las que no llenamos los estándares de talla 6, nariz de media luna, senos de melón y un cuerpo de silbido, la sociedad de consumo ha pretendido hacernos a un lado y descalificarnos, pero no ha podido: el mundo sigue lleno de gordas, culichupadas, ñatas, flacas y teticaídas, entre otros "desperfectos" auténticos.

Y pese a todo, vamos por la vida sin complejos, dejando huellas profundas y aferradas a un grito silencioso: "No se ve bien sino con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos".


Razón tenía El Principito !

LILLIAM BENJUMEA P
4093440 Ext. 400126












lunes, 21 de mayo de 2012

PILDORITAS PARA LA MEMORIA


GUERRA POR EL PODER

La difícil digestión de lo obvio http://www.tinyurl.com/d5o3vax vía @elespectador

EL SALVAJE DEL CAPITALISMO


“El capitalismo es una época bastante bárbara de la historia humana, supremamente fecunda en cuanto al desarrollo de la tecnología, pero que pasará como pasó el feudalismo, aunque no sabemos cómo ni cuándo. Hay algo de bárbaro en que los recursos humanos, materiales y naturales de un país se dediquen a dar utilidades a un grupo de privilegiados, más bien que a satisfacer las necesidades del pueblo de ese país. El que niegue que hay una barbarie en el capitalismo creo que no lo ha examinado. Y es posible que una democracia radical sea el camino para superar esta formación histórica particular a partir de la capacidad de los trabajadores de tomar decisiones. Las medidas democráticas de una democracia muy avanzada ya son medidas anticapitalistas”.