viernes, 14 de octubre de 2011

LOS INDIGNADOS

Disculpen la molestia, esto es una revolución
“Si te preguntan ¿quién está detrás de esto? Respóndeles, yo…” Así promueven por las redes sociales del planeta “Los Indignados” del mundo la movilización del próximo 15 de octubre (15O… con O de octubre…) que promete desbordarse por encima de lo imaginable… involucrados hasta el momento, 45 países y quién sabe cuántos más a la hora de la verdad… esperemos… y leo en Internet mensajes de promoción… miren este… “Porque no quiero ser rico, simplemente llegar a viejo para disfrutar de los míos, y de un planeta limpio y sostenible.” Y este otro… “Porque quiero trabajo, no caridad.” Y este… “No somos ni de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo y vamos por los de arriba.”
¿Qué pasa…? Pasa que a la humanidad la invade por estos tiempos desde los cuatro costados del planeta cierta bruma que se cuela por los corazones de las gentes comunes y corrientes y les ensombrece el ánima… Cierta tristeza y frustración colectivas que les atrapa de tedio, agotamiento, desesperanza…que les consume en su imposibilidad de realizarse, de ser en plenitud o de sentirse en camino hacia algún destino que valga la pena… en su imposibilidad de disfrutar la vida, de que florezcan sus ilusiones, de gozar la existencia y la de su gente, junto a ella, con su pareja con sus amistades con su familia con sus chicos y sus camaradas, en sus calles en sus campos en sus parques en sus heladerías y sus discotecas, en sus canchas de deporte, en el estadio en el teatro en el trabajo decente.
No me refiero a las multitudes en extrema pobreza, a los miserables, a los indigentes, no… ellos no conocieron la luz ni la esperanza ni alcanzaron a imaginárselas ni lo van a lograr nunca… ellos no sienten decepción, no la conciben como tampoco la dicha, ellos nacieron fundidos y así permanecen desde siempre y permanecerán para siempre, en la oscuridad en la anomia en el anonimato en el basurero… Me refiero a los hijos de los trabajadores y a los trabajadores, a los hijos de los profesionales y a los profesionales, a los universitarios, a los artesanos y los hijos de los artesanos, a lo pequeños empresarios y a sus vástagos, me refiero a poblaciones humanas de la tierra que se conectan cuando les provoca a las fuentes del conocimiento universal, que manejan con propiedad los libros, las bibliotecas y los dominan y escriben esos libros y hacen cine y teatro y poesía y prosa y pintan al óleo y a la acuarela y al carboncillo y leen el pentagrama y tocan instrumentos musicales y hacen música y escuchan sus colecciones de clásicos de rock de jazz de ópera, de músicas populares y de cámara, que bucean por la ciencia y la tecnología como peces en el agua, que navegan por Internet con igual facilidad y propiedad como silban o como dominan sus teléfonos de bolsillo con sus infinitas propiedades en activo, o como te hablan de lo que quieras, de lo que necesites, de tanta información y tantos conocimientos que adquirieron en la universidad y quemándose las pestañas, de tantas destrezas que han desarrollado a lo largo de sus vidas, en sus lecturas en sus investigaciones en sus carreras en sus experimentos y en sus doctorados y en sus prácticas y las demás competencias que crean a diario con sus inteligencias y sus técnicas y su magín y su cultura, pero que no les sirven para nada y hasta les abruman porque el sistema social y económico y político los tiene acorralados y cercados y confinados sin dejarlos ser hacer ni crecer ni avanzar ni progresar ni volar ni soñar…sin poder trabajar sin poder establecerse sin poder ganarse dos duros para comprar helado a los párvulos y llevarlos al parque, invitar a la novia, desvariar con los amigos, en fin, sin tener cómo gastarse ni cómo invertir la vida con dignidad, sin poderla justificar, sin poderla gozar…es tanta la frustración y tanta la infelicidad que han regado por el mundo los políticos, los demagogos, los corruptos los zánganos los indolentes… y los tecnócratas que los dominan e instrumentan, los arrogantes los impertinentes los obtusos los olímpicos los abusivos… y los potentados que los compran, que los formatean, que pagan a los maestros del dogma por programarles los cerebros, por alienarlos y uniformarles las mentes… que los usan como destornilladores como llaves maestras, como destripadores como fundidores… los dueños del mundo, financistas que fungen desde sus templos bursátiles en los tronos del planeta rodeados de burócratas internacionales de cabecera y ministros de confianza y presidentes de llavero… los magnates y los pontífices del dinero que dictan desde sus púlpitos y desde sus excentricidades las quiebras de los Estados y los colapsos de los países y las ruinas de los negocios y las bancarrotas de los ahorradores y los despidos en masa de los trabajadores… dueños de pirámides y de emporios, emisores de papeles mentirosos, traganíqueles, propietarios de todo, cuando más el 1% del pueblo del planeta…acaparadores sin visión lateral ni para mirar al horizonte ni el paisaje ni los confines de la existencia humana, mucho menos para explorar en el fondo de los sueños de las gentes y de sus energías vitales y creadoras, ni para reconocer sus capacidades para hacer y crear, menos para mirar hacia abajo… Potentados que arrearon a los pueblos del mundo hacia sus corrales de ordeño en donde escurrieron las ubres de las multitudes, las marchitaron, las desecaron y luego las arrumaron para leña de chimenea o las echaron a rodar por los despeñaderos…Castas mínimas que se chuparon el trabajo de la gente trabajadora, el ocio y el descanso de los que estaban listos a darlo todo en el laboreo honrado, que se tragaron los ahorros de todos y minaron sus pistas de despegue hacia los vuelos de la vida y la prosperidad y la realización como personas, y les cerraron las entradas y las fugas hacia los espacios donde podían compartir oportunidades y compañía y calor humano y fuerzas y esperanzas y hacer sus familias. El sistema que crearon estos monstruos de las contabilidades y las cuadrículas, de las tasas y los límites, de las licencias y las prohibiciones, del desenfreno, de las quiebras planetarias, funciona perfecto para su avaricia y su codicia y para nada más ni nadie más… para su egoísmo, para su chupadero de congéneres y sus trituradoras de planeta… sus tragaderos de ecosistemas… para nada más…
La humanidad en el mundo, empezando por la del mundo desarrollado, va en caída libre hacia los abismos del hastío y la infelicidad. Es la conclusión a la que lleva este ambiente de inconformidad del que hablan las noticias internacionales. Al parecer la especie no está dispuesta a dejarse hundir en la desesperanza y reacciona… Sale a las calles a protestar, a exigir, a buscar las fórmulas de lo que pueden ser un mundo y unas vidas promisorias que merezcan la pena. Este 15 de octubre el plantón va por todos los continentes. Será de multitudes “indignadas”por la infelicidad del planeta, por la estupidez de sus formas de vida y de producción y de consumo y de la política. En fin, por el desencanto a todas luces inmerecido de pueblos cultos y de pueblos modestos, pueblos ganosos de trabajo ganosos de dicha, abrumados de tristeza.
Ojo al 15 de octubre del mundo. Los bolillos no van a alcanzar, ni los gases lacrimógenos ni las tanquetas con sus chorros de agua, para disolver las manifestaciones. La humanidad busca otra razón de ser y otra forma de ser y otra manera de hacer las cosas. En la convocatoria planetaria que circula por los espacios infinitos del mundo se lee: “Disculpen la molestia, esto es una revolución.”

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